Algunas
consideraciones para el antes, durante y después de coser.
La costura es un arte, un oficio, y una
profesión. Lo cierto es que no es una cualidad tan nata, y como todo, requiere
práctica, perfeccionamiento, años y por encima de todo constancia y paciencia.
Dichos estos preliminares, que sin duda
son resumidos, vamos a adentrarnos en los aspectos básicos y cosas a tener en
cuenta a la hora de coser.
Cuando hablamos de corte y confección, lo
primero que viene al caso es el diseño del molde, que es una de las variables
que determinarán el éxito o fracaso de la prenda. Claro está que crearlos es
una materia aparte, y que si disponemos de antemano los moldes o patrones, el
camino se acorta y facilita.
Si ya disponemos de moldes, y nuestro
primer paso es la elección del talle, tenemos que prestar atención en las medidas en centímetros antes que en el talle. Suena como aclaración burda, pero nunca
está demás chequear ese aspecto, ya que los talles de las marcas textiles
varían de un lugar a otro, e incluso de una firma a la otra. La realidad es que
es probable también que seamos mitad de un talle y mitad del otro. Por lo que
debemos preferir el talle más grande para que se adecue a las prominencias, y
dejar de lado la curva menos pronunciada (sobre todo cuando se trata de
vestidos, enteros y conjuntos). Luego, sobre la marcha, se puede ajustar esa
última variable (siempre es mejor que sobre tela a que falte ;).
Otro aspecto importante es el montaje del
molde, en el caso de los de formato pdf es necesario verificar que la impresión
sea la correcta. Los moldes Únicosé incluyen una ficha de descripción del
producto en el que detallan las
instrucciones pre impresión y el posterior armado. También se incluye un plano
para la ubicación de las piezas sobre la tela, cosa que no es menor, ya que si
lo seguimos al pie, ahorraremos género, y evitaremos accidentes, como por
ejemplo quedarnos sin espacio para alguna pieza.
Ahora sí, luego de cortar, es momento de
la confección propiamente dicho. En este paso, quiérase o no, la habilidad
adquirida será la responsable de la prenda, es decir, la que que determinará si
queda bien o no. Pero ¡A no alarmarse! que si se cose mal, siempre se puede
descoser y volver a hacer, y si aún sale mal, siempre habrá otra oportunidad!
Después, hay otras variables que
facilitan mucho la confección, entre ellas nuestra amiga la plancha. Si
planchamos cada costura que hagamos, la prenda tomará forma más rápidamente y
las costuras próximas serán precisas. Esto también nos facilitará las pruebas
de la prenda a medida que la confeccionamos, que dicho sea de paso es otro
determinante!
Es
necesario hacer varias pruebas por más tedioso que resulte, porque así podremos
visualizar si necesitamos hacer arreglos de talle antes de que hayamos recorrido demasiado camino. Como por
ejemplo, chequear el ancho de cadera antes de montar la pretina, o verificar el
ancho de la parte superior de un vestido antes de unirlo a la falda, solo por
nombrar algunos.
Y para finalizar (por decirlo así, ya que
podemos hacer un libro de recomendaciones), está el retoque del largo de mangas,
falda, o pantalones, que siempre, pero siempre debe dejarse para lo último, ya
que a primera vista la prenda puede parecer demasiado larga, pero luego de
todas las costuras, y en la prueba final sobre el cuerpo, puede variar
¡Radicalmente!
Así que amigas, más allá este breve
repaso de consideraciones, ¡Nunca pero nunca crean que no pueden hacerlo!
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