Lejos de como lo conocemos hoy, el jean nació como
resultado de la necesidad de crear una prenda de trabajo durable y resistente
para los mineros en California, Estados Unidos. El alemán Levi Strauss fue
quien lo inventó, pero no fue producto de una idea o un proyecto pensado a
largo plazo, sino que cuando lo creó más bien se dedicaban a otro rubro: hacía
carpas de lona que servían como refugio a los buscadores de oro. Levi estaba en
esa ciudad junto con su cuñado, cuando alguien se acercó a su negocio
preguntando si podía confeccionar pantalones u overoles resistentes.
Como se trataba de una herramienta de trabajo, el diseño no estaba emparentado con calces perfectos como los que se buscan hoy en día. Más bien se trataba de una prendas sumamente rústica, cuadrada y ancha en las caderas. Es que claro, se buscaba la comodidad ante todo.
Las ventas de este producto “revolucionario” hicieron que a Levi Strauss le fuera muy bien en
su negocio, de manera que con el paso de los años fue perfeccionando la prenda,
agregando remaches, bolsillos y creando la
identidad de marca con etiquetas y costuras únicas para hacerle frente a las posibles competencias allá por 1940.
identidad de marca con etiquetas y costuras únicas para hacerle frente a las posibles competencias allá por 1940.
Hasta ese momento el jean era solo “cosa de hombres”,
hasta que en 1939 se lanzó el primer par de jean para mujeres. A diferencia de
los de los hombres, éstos no tenían bragueta y se cerraban
por el costado.
Se puede decir también que el jean evolucionó con
el sentimiento de la época: eran años de posguerra
en Estados Unidos, donde miles de jóvenes buscaban libertad, rebeldía e
individualidad. Fue así que el jean, ya más bien ajustado, se convirtió en sinónimo de juventud, de la
mano de artistas icónicos como Marlon Brando y Elvis Presley.
Para ese momento, el jean había dejado de ser
un trozo de tela elemental del trabajo, sino que ya formaba parte del vestuario
casual y de la identidad de los jóvenes americanos.
Los sesenta
Recién en esa década los europeos lo
adoptaron como pieza de moda, y lo empezaron a adaptar a sus colecciones, haciéndolos más sexies, bombillas
o chupines, desteñidos y transgresores.
Una década más tarde, en los setenta,
aparecen los oxford o pata de elefante asociados al movimiento hippie, a los
manifestantes, a la libertad sexual y los slogans contra la guerra.
Desde esos años hasta la actualidad, la moda
del jean fue y vino varias veces, variaron las formas y estilos, los colores y
cortes de tiro, pero lo que no ha cambiado es su lugar primordial en el
guardarropa y en las colecciones de los diseñadores a lo largo y ancho del
planeta.
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